13 dic 2020

Andresen Ten Years Old White Porto






Sorprendente este Oporto blanco. 


Andresen Ten Years Old White Oporto.
Zona. Oporto (Portugal).
Bodega J.H. Andresen.
20% vol.
Botella: 50 cl.



He de reconocer que jamás había probado un Oporto blanco, a mis cincuenta y pocos años, ya ves tú; y tampoco recuerdo, en mis varios Vinobles visitados, que ningún Oporto blanco se me haya cruzado en mi camino, ni al alcance de la copa,  no así los Ruby, los Tawny, que los hay de distintas edades, los LBV  - Late Bottle Vintage, etc, etc, pero repito, jamás un Oporto blanco.

Pues bien, resulta que en una de las últimas catas de mi querido grupo de cata 'Narí de Corcho' un socio se trajo este excepcional Andresen Ten Years Old White Porto, un sorprendente vino licoroso  - he de recordar que nuestras catas son a ciegas - que me dejó descolocado al descubrirse la etiqueta. Por cierto, gracias Edu, por el acierto.


Este oporto blanco esta elaborado con una ensamblaje de varias uvas blancas como la Malvasia Fina, Côdega de Larinho, Rabigato, y Arinto, variedades que se encuentran más o menos extendidas por toda zona del Douro portugués, y también en la zona contigua de Tras-Os-Montes. Lo que no es tan frecuente es que los blancos de Oporto alcancen esos diez años de crianza en similitud a los Tawny de 10 años, ya que suelen ser vinos jóvenes, elaborados para ser consumidos relativamente pronto.

Es muy aromático, se nota cierta densidad al servirlo, recuerda en primera instancia a algunos vinos botritizados como los Sauternes, pero ves las lágrimas caer por la copa, licoroso, glicérico; aromas fruta escarchada, orejones, membrillo, miel. Al probarlo notas la suavidad, la concentración, el dulzor equilibrado con la acidez brutal. Una delicia de vino.




Sobre la bodega
Como todas las bodegas de Oporto, J. H. Andresen tiene sede en Vilanova de Gaia. Se fundó allá por 1845 por un danés, Jann Hinrich Andresen, emigrante que arribó a Oporto como grumete de un barco con solo 14 años. Y también como todas las bodegas de Oporto, tiene sus viñedos en el interior de la zona del Douro, en la Quinta das Aranhas, de unas 40 Ha de viñedo, donde realmente elaboran los vinos, bien surtido de todas las variedades autóctonas de la zona para todas las categorías de Oporto que elaboran, incluidos otros White Port de 20 años y de 40 años, ojito ahí!!.



6 dic 2020

Viña Corrales, de Peter Sisseck, y Fino Camborio, de Piñero.

 

Viña Corrales, de Peter Sisseck, y Fino Camborio, de Piñero.

Como hermanos separados, figuradamente, claro.


Esta historia podría empezar hace unos 5 o 6 años, pongamos 2015, por ejemplo. El Fino Camborio vivía en la calle San Francisco Javier, en Jerez de la Frontera, en su tranquila y pequeña casa-bodega. Había sido bautizado años atrás con el nombre de otro conocido fino, el desaparecido Fino Camborio de Terry, de El Puerto de Santa María, pero poco o nada tenían en común salvo el nombre.

El Fino Camborio jerezano, al cuidado de su "padre" Juan Piñero, y sobretodo de su "padrino" el enólogo Ramiro Ibáñez, había llegado a ser uno de los mejores finos del Marco, o el mejor, según algunos. Su larguísima crianza biológica, sus escasas sacas y sus rocíos con los mejores mostos y sobretablas fueron claves. En esa época recibió 91 Puntos Parker - yo creo que merecía alguno más - por el Wine Advocate español, Luis Gutierrez.

Más adelante llegó el momento de protagonismo del Fino Camborio en Rama, es decir, cuando se embotella un fino sin apenas filtracion, tratando de mantener las mismas propiedades y características del vino que se haya en la bota. Y también apareció en formato magnum, una delicia de vino, primero en 2017 y otra saca al año siguiente que sumó un punto Parker más y llegó a los 92, en la llamada Saca de Floración de 2018, o Saca de Primavera, un vino procedente de unas 20 botas - aquí viene el spoiler - que Piñero no vendió a Peter Sissek y se las llevó a la bodega de Sanlúcar de Barrameda donde se cría la Manzanilla Maruja, otra emblemática marca de Terry.

Nos encontramos ya entre 2017 y 2018 cuando entra en escena Peter Sisseck, el de Pingus, en asociación con Carlos Del Rio Gonzalez-Gordon, propietario de la bodega Hacienda Monasterio, en Ribera del Duero, y compran a Juan Piñero nada menos que 470 botas de fino y la propia bodega de la calle San Francisco Javier, con la idea de elaborar su propio fino, partiendo de una base, una buena base, de Camborio. Sisseck además pilla unas hectáreas, diez en total, de viñedo del bueno, en el Pago de Balbaina y también en el de Macharnudo, para ir refrescando cosecha tras cosecha su nuevo vino, embotellado en Abril de 2020 y bautizado como Viña Corrales, que alcanza los 96 Puntos Parker, conformando una solera de 74 botas, Solera Fino PS, y presentado en botella borgoñona estandar, pero solo unas escasas 1200 unidades, la mayoría habrán cruzado ya el atlántico.

Por otro lado, seguimos en 2020, este año fatídico para unas cosas, una nueva saca del Fino Camborio en Rama, ahora subtitulado como Seleccionado, acaba de salir al mercado, casi simultáneamente al Viña Corrales. Durante este tiempo ha sido refrescado con mostos de Añina y Macharnudo; un fino viejo, Fino Amontillado, con 12 años de crianza, y un tono más ámbar, presentado en botella de 50cl, transparente.

Viña Corrales y Fino Camborio en Rama, como hermanos separados, el primero con influencias y educación "foránea", hijo de Sisseck, educado y bien vestido; Fino Camborio en Rama Seleccionado, mudado a Sanlúcar de Barrameda, pero jerezano jerezano. Con su acento local. Figuradamente, claro.

(Foto de la bodega)