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15 ene 2021

Manzanilla Cuestecilla, de Bodegas Delgado Zuleta.

 

Delgado Zuleta presenta Cuestecilla,

 una manzanilla de otro siglo.

 

  •           El origen de su solera se ubica en un casco bodeguero ya abandonado del Barrio Alto de Sanlúcar.
  •      Por su condición de Single Cask, solo habrá una única edición de 600 botellas numeradas.  


Sanlúcar de Barrameda, a 15 de enero de 2021. 

Delgado Zuleta comienza el año lanzando al mercado Cuestecilla, una nueva manzanilla con múltiples factores diferenciales que la hacen muy singular. Será el primero de los 5 nuevos proyectos que la centenaria bodega sanluqueña va a ir presentando en la primera mitad de este 2021.

 El origen de este vino se remonta a la época en la que Delgado Zuleta aún disponía de numerosos cascos de bodega diseminados por el núcleo urbano de Sanlúcar, allá por la década de los 80 del pasado siglo. En el triángulo formado por las calles Albaicín, Cristo de las Aguas y Cruz del Pasaje, en el Barrio Alto sanluqueño, se ubicaba la nave Cuestecilla. Una bodega en la que confluían numerosas circunstancias que favorecían extraordinariamente la crianza biológica, como la monumental parra que cubría el patio y que proyectaba sombra durante todo el día sobre las paredes de la bodega o la humedad aportada por las corrientes freáticas que discurrían por el subsuelo en ese punto de la ciudad.

 Sabedores del tesoro que tenían entre sus manos, una de las principales preocupaciones de los capataces cuando en 1989 se inició el traslado de Delgado Zuleta a su actual emplazamiento en el Pago de las Dehesillas, fue precisamente encontrar una ubicación adecuada para este soleraje de Cuestecilla que le permitiera al velo de flor seguir desarrollándose con la misma viveza, lo que tras muchos estudios se logró finalmente en un privilegiado rincón de la bodega 250 Aniversario, donde desde entonces ha formado parte de la solera de La Goya. 

 De esta ya de por sí exclusiva solera, el enólogo de la bodega, José Antonio Sánchez Pazo, ha seleccionado una única bota y la ha vaciado completamente, creando de esta manera una manzanilla Single Cask. Al contrario de la práctica habitual al llenar los vinos generosos, tomando una porción de muchas botas buscando la uniformidad, se ha optado por crear un vino único, que jamás se repetirá en la historia, puesto que todo el vino contenido en la bota se ha usado para llenar las únicas 600 botellas numeradas a mano que componen la edición única y limitada de Cuestecilla, que se presenta en una elegante caja de madera.

 Su creador, José Antonio Sánchez Pazo, la califica como “una manzanilla muy emocionante, es de esos pocos vinos que te erizan el vello porque contiene el alma, la esencia y el espíritu de la bodega pero multiplicado exponencialmente”.

 Desde el punto de vista organoléptico, Cuestecilla es una manzanilla -con más de 6 años de crianza- con un color amarillo dorado brillante, que deja un lagrimeo en la copa que da indicios de su estructura. En nariz se presenta muy punzante e intensa, con notas frescas y salinas y una presencia muy evidente de la viva crianza biológica de la que ha disfrutado. En boca es explosiva, untuosa, redonda y de gran persistencia.

 Cuestecilla forma parte de la gama de vinos La Casa, la selección de vinos de Delgado Zuleta consagrada a rescatar tesoros de sacristía que hasta ahora sólo podían disfrutar las familias propietarias de la bodega, como el amontillado VOS Viejo Zuleta o el médium Las Señoras.





 

Sobre Delgado Zuleta

Delgado Zuleta nace en 1744, lo que la convierte en una de las bodegas más antiguas del Marco de Jerez. En 1918 toma el nombre artístico de una famosa bailaora, La Goya, para su principal manzanilla, y en 1987 se fusiona con la bodega Rodríguez La-Cave. 

Tiene el privilegio de ser proveedor de la Casa Real, y además de contar con botas firmadas por Alfonso XIII y Victoria Eugenia, los príncipes de Asturias eligieron su manzanilla para su enlace en 2004. En su porfolio de productos cuenta con diferentes gamas, como Zuleta y Monteagudo, donde conviven todo tipo de vinos tradicionales (manzanilla, amontillado, palo cortado, oloroso, cream, pedro ximénez y moscatel). 

Sus marcas más emblemáticas son las manzanillas Barbiana y La Goya y su amontillado VORS Quo Vadis? En los últimos años se ha destacado por un intenso proceso de diversificación, con lanzamientos tan destacados como el vermú Goyesco y la gama Lola, de vinos tranquilos.   

[Nota de Prensa]


21 sept 2017

Lustau Single Cask Dry Oloroso 2000

Lustau Single Cask
Dry Oloroso
Special Edition 2000
20% vol.
Bodegas Lustau
D.O. Jerez


El último tesoro de Jerez
para los aficionados a jereces especiales.



Surgen en los últimos tiempos hasta de debajo de las piedras, figuradamente hablando, vinos del Marco del Jerez con añada, es decir con indicación de la cosecha correspondiente en su etiqueta, algo que puede empezar a llamar la atención del neófito pero que conviene recordar que tiempo atrás cuando el sistema jerezano de Soleras y Criaderas era una idea vaga en la mente creativa de los bodegueros, los vinos de Jerez como en cualquier otra zona productora eran vinos de cosecha; se vendimiaba, se hacia el vino, se metía en una bota y criar X años, era pues una crianza estática.
Una vez establecido como "tradicional" el sistema de crianza dinámico, de mezclas de cosechas, lo que conocemos por Soleras y Criaderas, muchas de las grandes bodegas pudientes empezaron a guardar algo de vino en "estático" de cada una de las añadas, y así hoy tenemos olorosos, amontillados o palos cortados, incluso finos, con indicación de la cosecha a la que pertenece, de bodegas como Williams & Humbert, González Byass, Tradición, Lustau, etc, sobre todo me consta que la primera es la que tiene la mayor colección de añadas del Marco.

En la foto tenemos una bota de oloroso de 1975 de Bodegas Tradición, donde indica además que hay 9 botas del mismo año - 1 de 9. Vemos que está sellada, y de aquí no sale una gota de vino hasta que el jefe lo diga.



Pues bien, Bodegas Lustau, ha sido otra de las firmas aficionadas, en las últimas décadas a guardar y sacar al mercado de vez en cuando vinos con indicación de la cosecha, como el gran Oloroso de Añada 1997 (también hubo ediciones en 1989 y 1990). 
Un oloroso "abocado" es en teoría un vino un poquito dulce - ya les conté algo más aquí sobre este vinoÉste se obtuvo solo con uva Palomino, y cuyo dulzor procede de una fermentación incompleta que dejó en el vino parte de azúcar residual, en concreto 160 gr/L, pero no es un Cream por no ser un vino de cabeceo o mezcla y no haber sido sometido a la crianza en solera. La crianza estática en botas de roble americano fue de unos 13 años y salieron al mercado en 2010, unas 14000 botellas numeradas de medio litro. Un vino muy, muy recomendable.




 Al margen de todos esto de los jereces de Añada, en una de mis últimas catas con nuestro genial grupo de cata Naridecorcho portuense (aquí podéis ver fotos de todas nuestras catas y otras más) como decía, en una de nuestras catas apareció este Lustau Single Cask Sherry, que os traigo hoy, otra rareza de Bodegas Lustau, con la larguísima especificación Single Cask Sherry Year 2000 Special Edition Dry Oloroso Matured by Emilio Lustau S.A. Selected by Juan Fuentes "Cellarmaster". 
Una edición especial compuesta por una completa gama de vinos, según indica la contraetiqueta, de 'Fino Amontillado, Amontillado Fino, Manzanilla Amontillada, Amontillado Viejo, Palo Cortado y Olorosos secos y jereces dulces envejecidos', pero que no se trata, como puediera parecer,  de un Oloroso de Añada. Se trata de una selección por parte del 'cellarmaster' Juan Fuentes, el maestro bodeguero de entonces, anterior al gran Lozano,  de una única bota, la mejor, de cada estilo, en una edición especial que salieron al mercado en el 2000.
En concreto este Dry Oloroso procede de una única bota de una vieja solera de la bodega de unos 20 años de crianza, en este caso, dinámica, la tradicional de Soleras y Criaderas.

Contraetiqueta
Un gran vino, sin duda, ya descatalogado, 17 años en botella, que no conocía y que no había probado nunca. Una ligera turbidez indicaba que no estaba en su mejor momento, quizás por una mala conservación, pero que en nariz era bravísimo, emocionante. Un acierto de mi amigo Miguel D. por llevarlo a una cata de vinos de crianza biológica. Sí, han leído bien. Pero eso es otra historia...